La readaptación es necesaria para lograr una transición y estrategia sostenibles

En la Parte 1 de esta serie bipartita de publicaciones de blog, abordamos cuáles son los cambios fundamentales para lograr una transformación financiera sostenible y cómo el sector bancario debe concentrarse en transitar hacia un sistema bancario con resiliencia climática.

En esta segunda parte, profundizaremos en cómo la aplicación de un cambio transversal en la actividad y estrategia del banco permitirá una reinvención exitosa. 

Esta transformación debe comenzar a nivel operativo, convirtiéndose en parte de la gerencia corporativa e incluir lo siguiente:

  1. La integración de criterios en consonancia con factores ESG en el proceso de admisión garantiza que la cartera bancaria se mejore y se ajuste a las vías de transición ambiental orientadas a la industria.
  2. Monitorear los riesgos heredados y presentar una visión intersectorial.
  3. Adoptar la inclusión de la sostenibilidad como un eje estratégico en la entidad. 

Una política de remuneración asociada a la rentabilidad sostenible garantizará que la junta directiva esté involucrada en cuestiones ambientales. 

Se deben considerar dos objetivos: el primero es incorporar una visión ESG en las operaciones de una organización que enfatice la necesidad de medir riesgos ambientales, y el segundo es alinear la cartera con medidas de reducción de las emisiones de carbono, que incluyan las capacidades para lograrlo. 

Para lograr el primer objetivo, los bancos deben evaluar cómo los riesgos ambientales impactan en los riesgos financieros tradicionales (especialmente el riesgo crediticio). El riesgo que implica la transición es mantenerse actualizado con las regulaciones sectoriales más recientes y con las nuevas tecnologías (que podrían afectar los balances del cliente). En cuanto al riesgo físico, lo importante es proyectar correctamente los riesgos y las exposiciones, mediante herramientas como el análisis de escenarios y las pruebas de resistencia climática, que se enfocan en respaldar la reducción de emisiones de carbono.

Crear una cartera alineada a una descarbonización con base científica implica estudiar las emisiones financiadas de los diferentes sectores de negocio, y entender el peso relativo de las diferentes contrapartes en cada cartera. Esto conduce a comprender qué empresas tienen una ventaja competitiva con un plan de sostenibilidad y cuáles están quedando atrás. Por lo tanto, esto le permitiría al banco definir diferentes estrategias con cada cliente para asegurar la ecologización de la cartera.

Según la ONU, esta década se llama la “Década de Acción” y ׅ“exige acelerar la creación de soluciones sostenibles para los desafíos más grandes del mundo, desde la pobreza, el género, el cambio climático, hasta la desigualdad y el cierre de la brecha financiera”. Este es el momento de comenzar a invertir en análisis y operaciones que nos conduzcan a implementar cambios fundamentales y medibles.

Los modelos económicos [3] han demostrado que los riesgos físicos a largo plazo constituyen una amenaza mucho más importante que los riesgos de transición. Si bien los riesgos de transición son más críticos en la primera década, es necesario actuar desde un punto de vista ambiental y económico.

Por último, los bancos deberían informar cómo la sostenibilidad financiera forma parte de los procesos bancarios para ilustrar resultados e hitos. La información publicada debe ofrecer detalles fiables y precisos sobre el impacto potencial de los riesgos físicos y de transición y planes estratégicos que demuestren, en términos de sostenibilidad, el balance y el esfuerzo realizado. Los indicadores clave de rendimiento (key performance indicator, KPI) incluidos deben estar relacionados con la cartera. Esta transparencia reafirma la confianza de los accionistas en la estrategia bancaria y en el proyecto financiero, lo cual es fundamental para muchos inversores institucionales.

¿Cómo pueden los bancos iniciar la transición sostenible de sus carteras? 

Los bancos deben enfocarse en cinco pasos:

  1. Definir las responsabilidades de la alta dirección con respecto al riesgo climático y la gobernanza de la sostenibilidad. Los bancos que se encuentran en una etapa más avanzada, han establecido un Departamento de Sostenibilidad, con un ejecutivo directamente subordinado al director ejecutivo o a un miembro del Consejo de Administración, responsable del cambio de estrategia de la organización.
  2. Medir la alineación de la cartera con los principales hitos de la descarbonización y desarrollar modelos para calcular los riesgos relacionados al clima. En este sentido, los datos son esenciales para comprender e impulsar el cambio. El análisis de la cartera y la aplicación de vías sociales y climáticas previsibles en modelos vanguardistas, que estén encaminados a la toma de decisiones estratégicas,  impactaría directamente en la planificación comercial y financiera, y en el Marco de Apetito al Riesgo. Es necesario divulgar los objetivos estratégicos, ya que los bancos deben compartir su promesa climática públicamente, así como los detalles de sus compromisos con la sociedad y el medioambiente.
  3. Comprender que la disponibilidad y la gestión de datos dificultan el desarrollo y la implementación de análisis de escenarios climáticos. Se trata de un ejercicio interorganizacional. Por lo tanto, los bancos deben cubrir las necesidades de todas las partes interesadas internas al planificar sus capacidades de almacenamiento de datos. 

En consecuencia, los bancos deben cubrir las necesidades de todas las partes interesadas internas cuando planifican sus capacidades de almacenamiento de datos. 

  1. Además de proporcionar capacidades analíticas, los bancos deberían desarrollar herramientas de gestión de carteras para controlar la evolución de su balance de manera proactiva. Comprender las implicaciones, incluso a largo plazo, es fundamental para tomar las decisiones correctas desde el punto de vista del riesgo climático y garantizar la rentabilidad y estabilidad de la entidad financiera.
  2. Por último, los bancos deberían adoptar sus procesos comerciales y de suscripción, ya que esto representa la acción de mayor impacto para impulsar la transformación, incluyendo consideraciones del riesgo climático en pólizas y procesos de suscripción, y añadiendo la prima de riesgo climático correcta a precios ofrecidos a los clientes. Esto podría presentar un dilema entre aprovechar las oportunidades comerciales, aumentar la participación de mercado del banco y cambiar hacia una hoja de balance con mayor resiliencia climática, lo que debería conllevar un menor riesgo a largo plazo. Por esta razón, los bancos deben esforzarse por encontrar un equilibrio entre los resultados financieros a corto plazo y las decisiones respetuosas hacia el medioambiente. 

En resumen, cada cambio conllevará un nuevo desafío, y la transición abrupta y rápida dependerá de las decisiones regulatorias, de la presión del mercado y del comportamiento del consumidor. Sin embargo, los bancos tienen un papel clave en cómo se desarrollará la historia de la reinvención en la financiación sostenible.

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