Moneta: Una breve historia del dinero…
El dinero es un medio de cambio y no debe confundirse con el concepto contemporáneo de moneda. Durante milenios, la humanidad intercambió bienes y servicios sin usar dinero en efectivo. Con el desarrollo de la civilización, se comenzaron a utilizar bienes fungibles intercambiables como dinero. Debido a la desconfianza que imperaba entre las personas, era fundamental identificar qué objetos tenían valor real como “dinero”.
La primera moneda que se conoce es la sila de cebada sumeria. Aunque la cebada tiene un valor intrínseco, costó mucho trabajo convencer a la gente de que la usara como dinero en efectivo en lugar de como mercancía. La cebada era difícil de transportar y almacenar. El concepto de dinero sin valor intrínseco, que era fácil de conservar y movilizar, comenzó a generar confianza. A mediados del tercer milenio a. C., empezó a utilizarse el siclo de plata en la región mesopotámica. Este medio de cambio consistía en 8,33 gramos de plata y no era una moneda acuñada.
A medida que la humanidad fue evolucionando, las relucientes monedas de oro o plata fueron reemplazadas por impecables billetes de papel más livianos, lo que allanó aún más el camino para la implementación del dinero electrónico que usamos en la actualidad. En el libro Sapiens. De animales a dioses: Una breve historia de la humanidad, Yuval Noah Harari estima que todo el dinero del mundo suma USD 60 billones, pero solo USD 6 billones circulan en forma de monedas y billetes. Más de USD 50 billones, o el 90 % de la totalidad del dinero, se encuentran en servidores informáticos. La mayoría de las transacciones comerciales consisten en el movimiento de datos electrónicos de un archivo informático a otro.
En la teoría económica, se considera que una moneda fuerte es aquella que es difícil de producir, mientras que una moneda fácil, como su nombre lo indica, es aquella que es fácil de producir. Los billetes que imprime el banco central se consideran moneda fácil. La moneda fuerte es escasa y difícil de producir. El oro es la moneda fuerte por excelencia, ya que es químicamente estable y no se puede sintetizar a partir de otros materiales. El oro solo se puede extraer de su mineral no refinado, que no abunda en el planeta Tierra. Dado que el oro no se puede sintetizar a partir de otras moléculas, la humanidad debe extraerlo de minas. Esta operación es costosa, peligrosa e incierta y ha producido rendimientos decrecientes durante miles de años.
Para que algo se considere una buena reserva de valor, su valor debe apreciarse ante la demanda, pero no debe inflar la oferta al punto de que pierda valor. Por esta razón, el oro se considera la reserva de valor por excelencia, ya que, tal como confirman las cifras, su tasa de crecimiento ha sido de alrededor del 1,5 % y nunca ha superado el 2 % en los últimos 70 años.
Dinero electrónico: El futuro del dinero…
Teniendo en cuenta la evolución histórica del dinero, dos de sus características fundamentales son que debe servir como unidad de cambio y constituir una reserva de valor.
El 31 de octubre de 2008, un programador informático identificado con el alias de Satoshi Nakamoto envió un correo electrónico a una lista de correo de criptografía para proclamar la creación de un “nuevo sistema de pago electrónico entre pares sin la intervención de terceros de confianza”. Esto dio como resultado la revolución del bitcóin o las criptomonedas, que hoy es furor en todo el mundo. El bitcóin puede describirse como un software descentralizado que posibilita la transferencias de valor utilizando una moneda protegida de la inflación y sin la intervención de terceros de confianza. En otras palabras, el bitcóin automatiza las tareas que normalmente realizan los bancos centrales y las vuelve predecibles y, en esencia, inalterables al convertirlas en un código que se distribuye entre miles de miembros de la red, quienes no pueden modificarlo sin la aprobación de los demás.
La oferta de bitcóin se limita a 21 millones de unidades, cada una las cuales se puede dividir en 100 millones de satoshis. El objetivo fundamental del bitcóin era crear una reserva de valor basada en una escasez creada artificialmente, similar a las cualidades del oro. Fue un auténtico logro tecnológico pensado para ofrecer acceso universal a servicios financieros formales y permitir la realización de transacciones fluidas, entre pares y transfronterizas. El bitcóin sirvió de inspiración para la creación de otras criptomonedas, muchas de las cuales, aunque de características similares, se desviaron del objetivo fundamental de crear confianza y mantener la escasez, lo que ha llevado a cambios bruscos en sus cotizaciones. Al mes de noviembre de 2022, hay aproximadamente 9300 criptomonedas activas, con una capitalización de mercado de más de USD 811 000 millones.
Las recientes estafas y los esquemas Ponzi han empañado la credibilidad de la industria de las criptomonedas en general. ¿Podrían las finanzas descentralizadas (DeFi) convertirse en la panacea para los males del criptomercado? Si se tiene en cuenta que, en muchos aspectos, el bitcóin fue el primer programa DeFi, la respuesta es que sí, es factible. Para comprender mejor este tema, consulta nuestro artículo “DeCi-phering De-Fi” (Descifrando las De-Fi).
Independientemente de los desafíos que enfrenta el sector, el principio básico de las criptomonedas de lograr la inclusión financiera de la población mundial no bancarizada ha captado la atención de los bancos centrales de muchos países. De acuerdo con los datos del Banco Mundial, aún hay 1400 millones de personas no bancarizadas en todo el mundo. Estas poblaciones dependen totalmente del dinero en efectivo. Si pudieran acceder y utilizar dinero electrónico sin necesidad de tener una cuenta bancaria, podrían participar en la economía sin necesidad de usar dinero físico, lo que llevaría a los bancos centrales a considerar la posibilidad de desarrollar una CBDC (moneda digital del banco central), es decir, una representación digital de la moneda fiduciaria del país.
En este artículo, abordaremos preguntas como:
- ¿Las CBDC son diferentes de las criptomonedas?
- ¿Sirven como reserva de valor?
- ¿No están sujetas a fluctuaciones de valor?
- ¿En qué se diferencian del dinero digital?
¿Qué es una CBDC?
En pocas palabras, una CBDC es una versión digital de los billetes emitidos por el banco central. Es lógico preguntarse si las CBDC son lo mismo que las monedas digitales, cuyo uso se ha vuelto generalizado en las transferencias interbancarias.
Es fundamental entender que, cuando realizamos un pago digital o recibimos dinero digital, los bancos comerciales están obligados a respetar la convertibilidad de dicho dinero. En particular, las CBDC son emitidas por los bancos centrales, lo que reduce el riesgo de acontecimientos externos como quiebras o corridas bancarias, ya que el banco central asume los demás riesgos sistémicos.
Las CBDC ayudan a los bancos centrales a adoptar políticas monetarias para estabilizar y controlar el crecimiento y para controlar la inflación. Las criptomonedas son volátiles. Esta volatilidad puede provocar graves dificultades financieras a muchas personas y socavar la estabilidad económica. Las CBDC, respaldadas por un gobierno y administradas por un banco central, podrían proporcionar un medio de intercambio de dinero digital estable para los hogares, los consumidores y las empresas.
El objetivo fundamental de las CBDC es desarrollar una nueva forma de moneda que tenga todas las características del dinero físico, tales como:
- Anonimato y privacidad
- Operaciones sin conexión: el dinero físico es independiente de internet, a diferencia de las monedas virtuales y los sistemas de pago en línea actuales. Recuerda que aproximadamente el 38 % de la población mundial aún no usa internet.
- La moneda de curso legal es una reserva de valor confiable para todos los ciudadanos, empresas e instituciones gubernamentales.
- No se necesita una cuenta bancaria para realizar transacciones, lo que ayudará a lograr la inclusión financiera de la población no bancarizada de todo el mundo, es decir, de las personas a las que resulta más difícil llegar, como aquellas que viven en la pobreza o en zonas rurales o que tienen un menor nivel de educación.
Como moneda soberana, las CBDC tienen claras ventajas sobre otros sistemas de pago digitales, ya que ofrecen liquidación en firme y reducen el riesgo de liquidación en el sistema financiero. Las CBDC también podrían facilitar una integración más fluida, en tiempo real y eficaz en función del costo de los sistemas de pago transfronterizos.
Tipos de CBDC
Las CBDC se pueden dividir en dos grandes categorías:
- Para uso general o minoristas (CBDC-R): el acceso a ellas está abierto a cualquier persona, incluido el sector privado, los clientes no financieros y las empresas.
- Mayoristas (CBDC-W): el acceso a ellas está limitado a las instituciones financieras. Las CBDC-W se utilizan para liquidar las transferencias interbancarias y otras transacciones mayoristas.
La estructura de las CBDC podría basarse en tokens o en cuentas.
Una CBDC basada en tokens es un instrumento al portador, como los billetes. Esto significa que se considera que quien posea los tokens en un momento determinado es su propietario. La persona que recibe un token verifica la autenticidad de la propiedad de su token.
Por el contrario, un sistema basado en cuentas requeriría el registro de los saldos y las transacciones de todos los titulares de CBDC, así como la identificación de los propietarios de los saldos. A diferencia de lo que ocurre con las CBDC basadas en tokens, con las CBDC basadas en cuentas, un intermediario verifica la identidad del titular de una cuenta.
Teniendo en cuenta las cualidades que ofrecen ambos tipos de CBDC, las CBDC basadas en tokens son la opción preferida para las CBDC-R, ya que se acercarían más al dinero físico, pero para las CBDC-W se podría optar por una CBDC basada en cuentas.
¿Las CBDC pagan intereses?
A esta altura, la pregunta obvia es si los depósitos en CBDC generarán intereses para sus titulares. En este sentido, es fundamental recordar lo que dijimos al principio de este artículo: las CBDC representan una alternativa a la moneda fiduciaria.
Lo mismo es válido para las CBDC, ya que almacenar efectivo no genera ingresos, a diferencia de lo que ocurre cuando se deposita en una cuenta bancaria. Cuando un consumidor deposita fondos en una cuenta bancaria, le está prestando dinero al banco para sus operaciones, a cambio de lo cual el banco le paga intereses. En el caso de las CBDC, los fondos provienen del banco central, que prohíbe la apertura masiva de cuentas a los ciudadanos comunes. Esto es natural, ya que si se permitiera a los consumidores minoristas abrir cuentas en los bancos centrales, los bancos comerciales se volverían ineficaces y se pondría en peligro la estructura económica general de la nación.
La tecnología que sustenta las CBDC
El bitcóin y otras criptomonedas se basan en la tecnología de cadena de bloques o blockchain. Esta tecnología ofrece las siguientes ventajas:
- Sistemas integrados diseñados para compartir valor y transferir la propiedad de forma segura.
- La programabilidad de contratos inteligentes admite las CBDC como un nuevo tipo de instrumento financiero programable para iniciar pagos automatizados basados en criterios preprogramados.
- Pistas de auditoría transparentes.
- Funciones de privacidad configurables.
- Los intercambios atómicos aumentan el intercambio con otros activos digitales.
Los bancos centrales son conscientes de estos beneficios, razón por la cual la mayoría de los programas piloto o de producción de CBDC incorporan tecnología blockchain.
Si bien la tecnología blockchain parece ser la opción tecnológica obvia para el despliegue de las CBDC, muchos no están de acuerdo. Algunos bancos centrales dudan en adoptar el carácter descentralizado del bitcóin porque prefieren que una autoridad central controle y supervise las transacciones subyacentes. En su investigación, el Banco de la Reserva Federal de Boston y la Iniciativa de moneda digital (Digital Currency Initiative) del Instituto de Tecnología de Michigan (Michigan Institute of Technology) descubrieron que la distribución de los registros generales podría afectar la eficiencia y la escalabilidad de las CBDC.
La capacidad de las criptomonedas de preservar el anonimato durante las transacciones es el principal motivo de su amplia aceptación. Para que las CBDC sean atractivas para este sector, algunas capas de la pila de tecnología de las CBDC pueden encontrarse en redes distribuidas y el resto en sistemas centralizados. Por ejemplo, tiene sentido implementar una tecnología de registros distribuidos para las CBDC-R, mientras que para las CBDC-W podría ser más adecuado utilizar una capa centralizada estándar.
Accesibilidad cuando no se cuenta con conectividad
Normalmente, los pagos digitales requieren interacciones por internet con varios terceros, como bancos, redes de pago y procesadores de pago, para la autenticación y el procesamiento los pagos. Aunque estas redes de comunicación están pensadas para ofrecer una alta disponibilidad y funcionar de manera permanente, en ocasiones los usuarios de CBDC pueden experimentar problemas de conectividad o de acceso a la red. Como ya señalamos, una gran parte de la población mundial aún carece de acceso a internet. Por lo tanto, los sistemas CBDC deben ofrecer funcionalidad sin conexión.
Visa ha propuesto un sistema de pago sin conexión (Offline Payment System, OPS) que permite descargar las CBDC directamente a un dispositivo móvil, como un teléfono inteligente o una tableta. Los fondos se guardan en un hardware seguro incorporado en el dispositivo y administrado por un proveedor de servicios de billetera electrónica. Mediante el uso de Bluetooth y la tecnología de comunicación de campo cercano (Near Field Communication, NFC), las CBDC se pueden enviar de un dispositivo a otro sin intermediarios.
De manera similar, el Banco de Japón ha publicado un estudio en el que aborda el posible uso de CBDC sin conexión. Entre las soluciones analizadas en el estudio se encuentra el uso de un circuito integrado (CI) en una tarjeta SIM con un teléfono con funciones en lugar de un teléfono inteligente.
Si bien hay muchos proyectos para lograr la operación sin conexión, se requeriría alimentación y conectividad a la red periódicas para recargar o canjear los saldos de CBDC o para sincronizar los saldos de la billetera local con los servidores centrales.
Países que están evaluando o desarrollando CBDC
De acuerdo con las estadísticas de CBDC Tracker, actualmente más de 100 países están investigando o ya han investigado el uso de CBDC. Dos de estos países, las Bahamas y Jamaica, ya han lanzado CBDC orientadas al comercio minorista (CBDC-R). Otros 17 países se encuentran en la fase piloto. China, India, Francia, Canadá, Singapur y Arabia Saudita se encuentran entre las economías líderes en este último grupo.
Epílogo
Gracias a la revolución digital, ninguna otra industria ha experimentado una transformación tan profunda como la de los sistemas de pago y liquidación, lo que se ha traducido en una gran cantidad de oportunidades digitales para la población en general. La digitalización de las unidades monetarias se ha extendido más allá de las monedas fiduciarias, como lo demuestra el auge de las criptomonedas. Las CBDC son una forma de dinero fiduciario influenciada por la aparición de las criptomonedas y la tecnología blockchain, como se demuestra en esta investigación. Los beneficios de las CBDC están pensados para compensar los riesgos sistémicos del mercado de criptomonedas actual, como la estabilidad financiera y la capacidad de recuperación en situaciones adversas. Las fortalezas de las CBDC incluyen implicaciones legales, como la protección del consumidor y la resolución de quejas, así como la capacidad de combatir problemas de seguridad, como la lucha contra el lavado de dinero (anti-money laundering, AML) y la financiación del terrorismo (counter-terrorism financing, CTF).
Aunque ya se han comprobado las ventajas o beneficios de este nuevo tipo de moneda, aún no se ha logrado su adopción generalizada. En los países que aún dependen del efectivo o cuya población depende en gran medida del uso de dinero físico en su vida diaria, será necesario un gran esfuerzo por parte del gobierno o los bancos centrales para fomentar la adopción de este nuevo instrumento financiero.
Solo el tiempo lo dirá.