Hoy más que nunca, las organizaciones deben incorporar una estrategia sustentable a su cultura, sus planes de negocio y sus procesos de toma de decisiones. La COP26 nos demostró que si queremos alcanzar nuestras metas climáticas, los gobiernos, las entidades financieras públicas y privadas, las industrias productivas y la sociedad civil deben trabajar en sintonía para lograr un cambio cultural y económico.
Nos estamos enfrentando a las graves consecuencias de la aceleración de la crisis climática, como el daño a la biodiversidad y el aumento de las condiciones meteorológicas extremas que perjudican la salud, la infraestructura y la equidad social de la humanidad. La Comisión Europea calcula que las inundaciones entre 1980 y 2011 afectaron a más de 5,5 millones de personas y causaron pérdidas económicas de más de 90.000 millones de euros. Hubo un aumento en la inequidad social y las comunidades más vulnerables se vieron expuestas a los efectos del cambio climático. También disminuyó su capacidad de afrontar los daños y recuperarse.
Gracias a la innovación, los países emergentes pueden evitar las soluciones tradicionales. Los países desarrollados que dependen en gran medida de los combustibles fósiles deben concentrarse en adoptar energías renovables en el mediano y largo plazo. Por su parte, los países en vías de desarrollo que no cuentan con recursos energéticos pueden evitar las soluciones tradicionales contaminantes adoptando tecnologías modernas centradas en la energía limpia.
El rol del diseño en el desarrollo sostenible
Como líderes tecnológicos, asumimos nuestra responsabilidad en esta misión y pusimos en marcha nuestras tecnologías exponenciales para abordar los objetivos de desarrollo sostenible, a la vez que nos concentramos en el diseño sustentable.
Debido a la complejidad del asunto, adoptamos el pensamiento de diseño y una estrategia inversa para repensar y rediseñar el detrás de escenas de cada producto y servicio, como su cadena de suministro y su ciclo de vida.
Necesitamos este abordaje para poner al descubierto el impacto de nuestras acciones, los patrones de consumo, los mecanismos de abastecimiento y la gestión de desechos sobre el planeta. Queremos que nuestras operaciones y nuestro diseño sean conscientes, coherentes y respetuosos con el ecosistema para impulsar la legitimidad de las empresas.
El diseño es un poderoso motor del cambio, un proceso estratégico de toma de decisiones con un abordaje complejo y sistemático para la resolución de problemas. Las soluciones surgen de visiones multidisciplinarias alineadas y conectadas con el ecosistema. Es por eso que las organizaciones deben integrar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en sus estrategias y en el diseño de sus productos y servicios.
En las últimas décadas, las prácticas de diseño se centraron en las personas, poniendo el foco en la conveniencia, la viabilidad y la rentabilidad. Este enfoque, que se basa en gran medida en el consumo progresivo y la sobrepersonalización, nos ha llevado a anteponer nuestras preferencias al bienestar de nuestro planeta.
¿Qué es el diseño centrado en el planeta?
Es un mecanismo estratégico para resolver problemas que prioriza la equidad medioambiental, social y económica, donde se toman decisiones sobre la base de la sustentabilidad. El diseño organizacional centrado en el planeta también implica tomar medidas sobre inclusión y diversidad en torno al armado de los equipos.
Según la Comisión Europea, “se calcula que más del 80% del impacto medioambiental de los productos se determina durante la etapa de diseño”. El abordaje centrado en el planeta comienza con la estrategia: la sustentabilidad debe ser parte del propósito, la visión y la misión de la compañía, y los líderes deben respaldar las metas específicas y las métricas principales en relación con esta cuestión.
Desde el punto de vista estratégico, este enfoque centrado en el planeta se expande a lo largo y ancho de la organización a través del diseño de productos y servicios teniendo en cuenta, por ejemplo, las decisiones sobre abastecimiento y arquitectura tecnológica, como la sobriedad digital y las políticas de diversidad en los equipos, entre otras.
El diseño centrado en el planeta forma parte de las capacidades operativas de una organización y cuenta con principios y marcos de trabajo específicos. Por ejemplo, en la actualidad, los servicios informáticos son responsables de casi el 5% de las emisiones globales, y se calcula que esta cifra se duplicará en 2025. Algunas decisiones de diseño simples, como la gestión racional de los datos o la sobriedad de las interfaces de usuario —por ejemplo, el modo oscuro—, ayudan a impulsar la eficiencia energética y a reducir la huella de carbono del sector informático.
Tener en cuenta a la naturaleza e incluir a diferentes comunidades en el proceso —como los científicos, los ingenieros, las empresas locales, los legisladores, la sociedad civil y los gobiernos, entre otros— puede presentar enormes oportunidades. Los diseñadores deben trabajar a la par de estos grupos de interés y prestarle atención al potencial impacto del producto sobre la sustentabilidad.
El proyecto “Nature’s Bank” de Rainforest Alliance reúne a diseñadores de servicios y especialistas en UX para crear un recorrido con base en los puntos de dolor y las necesidades no satisfechas de los agricultores de la comunidad. También busca comprender qué motiva a las empresas a volverse ecológicas. El proyecto tiene como objetivo brindar una herramienta de innovación transformadora que pondrá a disposición mil millones de dólares por año para los agricultores y las comunidades de los bosques. Busca proteger y recuperar ecosistemas y desarrollar vínculos directos entre los proyectos de generación de crédito de carbono y quienes deseen adquirirlo. Ofrece crédito y recursos de carbono confiables con impacto en la biodiversidad y la comunidad.
La transformación digital como acelerador de la sustentabilidad
En la actualidad, las nuevas tecnologías impulsan a determinados sectores hacia la neutralidad de carbono, como los servicios públicos, la producción de alimentos o el petróleo y el gas. El Internet de las cosas (IoT) nos ayuda a captar nuevos datos para analizar y utilizar en los procesos de toma de decisiones. La inteligencia artificial nos permite interpretar esos datos y automatizarlos en torno a esquemas de decisiones sustentables y metas basadas en la ciencia —por ejemplo, las vinculadas a la intensidad del carbono, la energía y la eficiencia del agua.
La tecnología blockchain les está ofreciendo a las organizaciones privadas, los gobiernos y las entidades internacionales la opción de tener visibilidad, trazabilidad y un entorno de confianza en la gestión de la información. Esto es muy relevante en lo que respecta a los informes de sostenibilidad y los instrumentos financieros vinculados a ella.
En las últimas décadas, las organizaciones han reconocido la importancia de tener una estrategia de transformación digital y repensar sus modelos comerciales. Sin embargo, muchas organizaciones aún no están enfrentándose a los desafíos de la sustentabilidad. De hecho, la consideran algo separado de su transformación digital y no incluyen a sus líderes, equipos y proyectos de sustentabilidad en la conversación.
Nosotros creemos que la transformación digital es un acelerador de la sustentabilidad, no solo por la gestión de datos, la elaboración de informes, la analítica y la eficiencia, sino por las posibilidades que ofrece la tecnología en torno a las necesidades empresariales sostenibles y los objetivos de sostenibilidad. A esto se lo conoce como sustech.
Según Harvard Business Review, “las empresas pueden hacer del software una parte integral de sus esfuerzos de sostenibilidad teniendo en cuenta su huella de carbono cuando lo diseñan, desarrollan y despliegan, y repensando algunos aspectos del funcionamiento de los centros de datos que proporcionan servicios basados en la nube”.
Los desafíos que enfrentamos
Si bien el cambio climático y las medidas sustentables son urgentes, hay algunos obstáculos en el camino. En primer lugar, el foco está puesto sobre la rentabilidad y las ganancias. Ser sustentable implica una inversión económica significativa, un esfuerzo activo, tiempo y una visión alineada con los objetivos sostenibles. Muchas de las empresas que priorizan sus ganancias eligen no tomar el camino de la sustentabilidad porque creen que la inversión necesaria es inviable o no beneficiosa en el futuro cercano.
Sin embargo, las empresas que solo se concentran en las ganancias ya no son sostenibles a largo plazo, en especial debido a las regulaciones y las expectativas de los clientes sobre el cuidado del planeta, la responsabilidad y la transparencia. Por eso, otro enorme desafío consiste en cambiar la mentalidad de los líderes principales. La mayoría de las empresas no son conscientes de las grandes oportunidades ocultas de una estrategia sustentable. Algunos creen que la sustentabilidad es el enemigo de las ganancias, pero hemos observado que las empresas prosperan y logran reforzar su posición en el mercado y la presencia de su marca cuando adoptan prácticas comerciales sostenibles.
Las personas ahora toman decisiones de consumo conscientes basándose en cuestiones éticas y de sostenibilidad. Hemos observado nuevos competidores que están ingresando a diferentes mercados con propuestas de valor ecológicas —por ejemplo, Flowe, un banco digital dirigido a los millennials y centrado en la sustentabilidad. Algunos gigantes de la industria están transformando sus propuestas de valor, como BBVA y sus servicios de medición de sostenibilidad para las pequeñas y medianas empresas.
Todo esto no solo representa una oportunidad en términos de cumplimiento regulatorio, sino que las empresas que contribuyan a los ODS con propuestas de valor sostenibles se podrán ganar la lealtad de los clientes. Además, desde un punto de vista financiero, existen nuevos instrumentos en el mercado vinculados a la sustentabilidad, como los fondos de impacto o los bonos ecológicos, sostenibles y sociales. Estas iniciativas tienen como objetivo trabajar hacia el bien común y beneficiar a todo el planeta, no solo favorecer los intereses de una empresa.
Splight, un caso de éxito sostenible
Splight es uno de nuestros socios pioneros en la disrupción de la industria energética. Utiliza un enfoque de diseño centrado en el planeta y tecnologías exponenciales como el Internet de las cosas, la inteligencia artificial y la blockchain. Ha creado un conjunto de soluciones que aumenta a gran escala la generación e inyección de energía, lo que permite priorizar y potenciar la capacidad de las energías renovables en la red. Además, no es necesario construir infraestructura eléctrica adicional, lo que se traduce en un ahorro gigantesco de Co2. Son la prueba de que las soluciones tecnológicas pueden aumentar la resiliencia y acelerar el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Conclusiones
Para diseñar productos y servicios sostenibles y responsables que promuevan el bienestar de las personas y del planeta, debemos tomar conciencia del impacto de nuestros procesos de producción y elaboración en el medio ambiente. Cambiar la mentalidad de las empresas e industrias que trabajan de la misma manera desde hace mucho tiempo es un gran reto. Sin embargo, estamos comprometidos a ayudarlas a identificar la tecnología que las llevará a adoptar propósitos y objetivos sostenibles. Parte de nuestra misión es compartir nuestra experiencia y nuestros conocimientos con aquellas marcas que han evolucionado hacia un diseño centrado en el planeta. Hemos sido testigos de cómo estos clientes visionarios obtienen beneficios y sacan provecho de su transformación sustentable, reforzando su compromiso con el bien común.
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