La IA generativa y el dilema de la creatividad

La llegada de la IA generativa despertó un importante debate sobre su impacto en la creatividad, la ética y las artes. Aunque gran parte de la conversación se centra en los derechos de propiedad y las repercusiones financieras para los artistas, las consideraciones éticas más generales ahondan en cuestiones de autenticidad, integridad artística y la naturaleza evolutiva de la propia creatividad. ¿Cómo podemos equilibrar la creación artística auténtica con las ventajas de la IA? Para empezar a desarrollar una respuesta, debemos observar con detenimiento algunos puntos clave de esta interesante conversación.

Más allá de la propiedad: Identidad y autenticidad

Los derechos de propiedad de las obras generadas por la IA son una de las principales preocupaciones porque afectan directamente a la forma en que los artistas se ganan la vida. Pero, sobre todo, la tensión se basa en la capacidad de la IA para replicar estilos que los artistas dedican toda una vida a desarrollar. Esto plantea interrogantes sobre la conexión entre arte y artista, un vínculo que se entrelaza con la identidad y la intención que hay detrás de la creación.

Aunque históricamente la separación entre arte y artista puede no haber sido tan pronunciada, en la época contemporánea el valor del arte suele estar ligado a su creador. Pensemos en Banksy, por ejemplo: sus piezas no solo se valoran por su estética, sino por su asociación con la identidad e intención de Banksy. Así pues, aunque la IA puede reproducir el arte sin esfuerzo, corre el riesgo de disminuir su valor al cortar esta conexión tan crucial. Reproducir arte sin el contexto y el esfuerzo que invirtió el artista original despoja a la obra original de su misterio y esencia, lo que plantea importantes consideraciones éticas.

El peso de la innovación en todos los tipos de creatividad

La IA nos obliga a replantearnos qué significa realmente la creatividad. La creatividad, aunque sorprendente o novedosa, podría ser solo una recombinación de cosas empaquetadas de formas que conecten con la sociedad. La innovación y la adopción están vinculadas: a la primera siempre le sigue la segunda. Sin embargo, el valor de la creatividad humana reside en el esfuerzo y la intención que hay detrás de la creación de una obra, en la capacidad de elaborar algo inefable y único que inspire a otros a seguirle. Por ejemplo, el dibujo de un niño en una nevera tiene un valor sentimental por la conexión personal, algo que la IA no puede reproducir. Veamos un ejemplo del sector: SORA, la herramienta abierta de creación de videos con IA, podría utilizarse para generar mil millones de estilos diferentes para una escena de una película. Es probable que pueda abarcar todo lo que se le ocurra a cualquier persona viva, pero ninguno de esos estilos tendrá ningún significado porque nadie intentó decir nada con él, aunque puedan parecer mejores de lo que incluso el director más galardonado podría producir.  

Aquí viene la importancia de equilibrar la innovación con la integridad artística. Para eso, debemos dejar de considerar a la IA como una herramienta de optimización (como se hace ahora en las pruebas A/B, por ejemplo), para pasar a verla más como una herramienta que debe utilizarse basándose en una visión clara del autor, dueño de estas decisiones creativas. Las decisiones creativas deben seguir estando en manos humanas, de modo que la IA sea una herramienta y no la creadora principal.

Equilibrio entre la IA y la integridad artística

Un debate crítico en la comunidad de la IA gira en torno a si ésta se limita a interpolar (combina conocimientos existentes) o efectivamente extrapola (crea más allá de los conocimientos existentes). Algunos sostienen que la creatividad de la IA se limita a recombinar elementos conocidos, mientras que otros sugieren que puede generar ideas novedosas, como se ha visto en el descubrimiento de proteínas. Este debate es crucial, ya que influye en nuestra visión del papel de la IA en la creatividad y la innovación, y en el uso de estrategias que adopten esta innovación sin perder el toque humano.

Para proteger la integridad artística, las diferentes industrias deben centrarse en liderar en lugar de seguir las demandas del mercado. Proponer nuevas ideas y desafiar los estándares existentes puede evitar la homogeneización del contenido y mantener la creatividad vibrante y diversa. Plataformas como Netflix, por ejemplo, deberían esforzarse por ofrecer contenido novedoso en lugar de basarse únicamente en preferencias generadas algorítmicamente. También son necesarias salvaguardias legales para proteger los derechos de autor y garantizar que el contenido generado por IA no infrinja la propiedad intelectual existente.

Democratizar la creatividad y garantizar la diversidad

La IA tiene el potencial de democratizar la expresión creativa proporcionando herramientas accesibles, independientemente de las disparidades en formación y conocimientos. El límite del acceso es el límite de la creatividad. Democratizar el acceso impulsa la diversidad de perspectivas creativas, que son fundamentales para garantizar la representación y la inclusión en un contexto de refuerzo de los sesgos de la IA. Supongamos que ingresas a Dall.E o Midjourney y le pides que cree una imagen de gente haciendo algo en la calle. Debería ser capaz de preguntarte si estás pensando en una categoría demográfica o de género específica. No debería elegir por defecto algo concreto y, por lo tanto, inyectar prejuicios en lo que la gente está creando. Por eso, los creadores deben controlar las características demográficas y culturales de sus productos, equilibrando el dominio con la libertad. 

La IA, el panorama cultural y el papel que desempeñan los consumidores

La integración de la IA en los procesos creativos influirá en la percepción cultural del arte, el diseño y el entretenimiento. Las marcas tendrán que diferenciarse mediante expresiones creativas distintas y más auténticas. A medida que se generalicen los contenidos creados por IA, se difuminarán las fronteras entre arte, diseño y entretenimiento, lo que podría ralentizar el ritmo del cambio cultural y convertirlo en una corriente descendente. Sin embargo, la búsqueda de lo novedoso y la originalidad es lo que diferencia la creatividad de lo aleatorio, y seguirá impulsando la innovación.

Los consumidores desempeñan un papel fundamental en la evolución del contenido generado por IA. En la actualidad, se prefiere el contenido creado por humanos, ya que se percibe como más auténtico. Esto puede cambiar a medida que la sociedad se acostumbre al trabajo generado por la IA. Las opiniones de los consumidores serán esenciales para orientar a las empresas hacia el mantenimiento de la estabilidad entre las exigencias del mercado y la integridad artística.

Por otro lado, una de las ventajas más importantes de la IA reside en la resolución de problemas entre disciplinas, teniendo en cuenta que esta herramienta buscará entre datos preexistentes. Por ejemplo, la IA mejorará circunstancias donde se trata de entender materiales que se encuentran entre la química y la física, o nanotecnologías en biología.

La propiedad intelectual y el futuro de la creatividad

El concepto de propiedad intelectual (IP) evolucionará a medida que la IA contribuya de forma más significativa al proceso creativo. El desafío será definir el grado de participación humana necesario para asumir la propiedad intelectual, una cuestión que se está explorando actualmente. A medida que se generalice el contenido creado por IA, los marcos jurídicos tendrán que adaptarse para garantizar que los creadores puedan seguir siendo reconocidos y recompensados por sus contribuciones.

Entre los riesgos del contenido generado por IA figuran la desinformación, la devaluación de los esfuerzos creativos y los posibles problemas legales. Para mitigar estos riesgos, es esencial tener directrices legales claras y soluciones tecnológicas para verificar la originalidad del contenido. Centrarse en los aspectos sociales de la creatividad y fomentar la colaboración entre las personas y la IA puede ayudar a preservar el valor de las obras creativas. 

Resolver el dilema de la creatividad

La integración de la IA en el panorama creativo presenta tanto oportunidades como desafíos éticos. Aunque la IA puede mejorar los procesos creativos y democratizar el acceso a las herramientas creativas, mantener la integridad artística, la autenticidad y el toque humano es crucial para diversificar las piezas y sostener un alto grado de innovación en el mercado. A medida que las industrias atraviesen estos desarrollos, el equilibrio entre la innovación impulsada por la IA y el respeto por el toque humano de la creatividad conformará el futuro del arte, el diseño y el entretenimiento.

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