Reflexiones sobre la World School Summit: Liderazgo, IA y el futuro del aprendizaje

La World School Summit, celebrada en la Yasmina British Academy de Abu Dhabi, reunió a líderes de la educación, la tecnología, la política y los negocios para afrontar los retos más acuciantes del sector. Organizado por T4 Education, el evento reunió a voces mundiales de la tecnología educativa, la enseñanza primaria y secundaria y la enseñanza superior para reflexionar sobre un tema central: el liderazgo para un mundo mejor.

A lo largo de dos días de paneles, clases magistrales, debates y discusiones dirigidas por estudiantes, surgió un sentimiento unificador: la educación se encuentra en un punto de inflexión, determinado por la aceleración tecnológica, las cambiantes expectativas de los alumnos y la urgente necesidad de sistemas equitativos y pertinentes. Como señalaron varios líderes, los educadores siguen siendo los «custodios de la próxima generación», una responsabilidad que se hace más compleja cada año. 

Un cambio interesante del evento este año fue que adoptó un nuevo formato de debate: los panelistas se posicionaron a favor o en contra de ideas provocadoras que configuran el panorama educativo. El público votó antes y después de cada debate, lo que puso de manifiesto la evolución de los puntos de vista en tiempo real. Varios debates pusieron en tela de juicio supuestos arraigados en la experiencia del sistema educativo estadounidense y fomentaron un examen más reflexivo de la transformación en curso del sector.

El propósito de la educación: De las calificaciones al crecimiento

 

En la cumbre se volvió a plantear una cuestión de larga data: ¿el objetivo principal de la educación es obtener buenas calificaciones? El debate puso de manifiesto la tensión existente entre el rendimiento académico como puerta de acceso a las oportunidades y la misión más amplia de formar alumnos adaptables y capacitados.

Los partidarios de dar prioridad a las calificaciones subrayaron que las credenciales siguen abriendo puertas a puestos de trabajo, becas y movilidad, por lo que es difícil descartar resultados mensurables. Otros argumentan que la excesiva dependencia de las calificaciones limita el aprendizaje, eclipsando habilidades como el pensamiento crítico, la colaboración y la creatividad que exige el mundo actual.

La conclusión es clara: las calificaciones son importantes, pero no pueden ser el único indicador del éxito. Un planteamiento equilibrado, que mantenga el rigor académico al tiempo que amplía la forma de medir el aprendizaje, será esencial para preparar a los alumnos no solo para que rindan bien, sino para que alcancen todo su potencial.

La IA y el profesor: Aumento, no sustitución

 

Uno de los debates más acalorados se centró en si la IA acabará sustituyendo a los profesores, cuestión que se intensificó con la previsión de la UNESCO de un déficit de 44 millones de docentes para 2030.

Quienes defienden la necesidad de la IA destacan su capacidad para ampliar la enseñanza individualizada y cubrir las crecientes carencias de personal. Sin embargo, el contrapunto resonó con más fuerza en toda la cumbre: el núcleo del aprendizaje es un contrato social que no puede automatizarse.

Los profesores fueron descritos como los «administradores del aprendizaje», los anclajes humanos que proporcionan contexto, pertenencia, valores y seguridad emocional. La IA puede personalizar el contenido, agilizar la enseñanza y reducir la carga administrativa, pero no puede sustituir a la confianza, la empatía y la relevancia cultural que definen una educación significativa.

El consenso: la IA debe acelerar el potencial humano, no intentar replicarlo. El futuro está en los modelos híbridos en los que los profesores guían el aprendizaje y la IA elimina fricciones, amplía el alcance y apoya los momentos más importantes.

La educación superior en transición: Relevancia bajo presión

 

Otro tema central de debate fue si las universidades siguen siendo aptas para su propósito en un mundo en el que las expectativas de los estudiantes, los mercados laborales y la tecnología evolucionan más rápidamente de lo que las instituciones pueden adaptarse.

La preocupación por el subempleo, el aumento de las matrículas y la obsolescencia de los planes de estudios elevó la demanda de modernización, especialmente en lo que se refiere a la integración del sector, la adopción de microcredenciales y el diseño de vías más inclusivas para acceder a carreras de alto crecimiento. Se instó a las universidades a que fueran más ágiles, estuvieran más conectadas con los empresarios y respondieran mejor a las competencias requeridas en el mundo real.

Al mismo tiempo, los defensores del modelo tradicional destacaron la «prima de obtención» duradera de un título y el papel único de la universidad en la formación del pensamiento crítico, la ciudadanía y la movilidad intergeneracional. El debate dejó clara una cosa: la relevancia, y no la tradición, definirá el futuro de la enseñanza superior. Las instituciones que abrazan la flexibilidad, la colaboración y el aprendizaje permanente liderarán la próxima era.

Los retornos en la educación: Valores, acceso y el camino a seguir


La división más aguda surgió en torno al papel de los retornos en el sector de la educación. Los argumentos contra los modelos con ánimo de lucro se centraron en la equidad: la educación debe estar al servicio de los niños, no de los accionistas, y los sistemas con ánimo de lucro corren el riesgo de ampliar las diferencias y excluir a los más vulnerables.

Los más abiertos a los enfoques basados en el mercado señalaron la innovación, la responsabilidad y la agilidad que puede impulsar la competencia, especialmente en regiones donde los sistemas públicos tienen dificultades para satisfacer la demanda. Ambas partes coincidieron en una verdad fundamental: los resultados importan más que la ideología y la educación mundial se enfrenta a un reto de financiación que ningún modelo puede resolver por sí solo.

Esta conversación puso de relieve un tema más amplio de la cumbre: la transformación de la educación requiere la colaboración de los sectores público, privado y social, pero siempre con el impacto en el alumno como principio rector.

Una cumbre de conocimiento, reflexión y responsabilidad compartida

 

La cumbre de este año puso de relieve cómo los sistemas educativos de todo el mundo se enfrentan a retos comunes, desde la equidad y la ética de la IA hasta las tendencias de innovación, el rediseño de los planes de estudios y la búsqueda de un cambio duradero. En todas las sesiones y debates surgió un hilo conductor: el futuro del aprendizaje dependerá de la creación de sistemas que no solo sean tecnológicamente avanzados, sino también centrados en el ser humano, integradores y resistentes.

«La cumbre no se trataba de encontrar respuestas sencillas, sino de proporcionar el foro necesario para un debate sano y el intercambio de conocimientos para resolver los retos más acuciantes a los que se enfrentan los futuros estudiantes.»

—Stephen Raymond, Education AI Studio & Growth Client Partner en Globant.

 

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Javier Scher, SVP of Technology & Head of Education AI Studio en Globant, y Stephen Raymond, Education AI Studio & Growth Client Partner en Globant.

La experiencia proporcionó una valiosa perspectiva global. Reforzó la importancia de diseñar soluciones que satisfagan las diversas necesidades de los alumnos en ecosistemas educativos en rápida evolución. En el Education AI Studio de Globant, ayudamos a las instituciones a aprovechar la IA para construir experiencias de aprendizaje más inclusivas, adaptables e impactantes. Descubre cómo podemos ayudarte en tu transformación.

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